A muchos de nosotros este año se nos antoja difícil, como una verdadera prueba de fuego, con compromisos firmes y con ilusiones, muchas ilusiones. El ser humano por naturaleza es un ser que cae con una piedra, y vuelve a caerse una y otra vez y se pregunta e intenta razonar porque cae tanto. Somos curiosos pero también olvidadizos y eso basado en una sociedad en la que si te duermes te toman el pelo es algo que no nos podemos permitir. Como miembros de esta sociedad estamos obligados a luchar por ella, a luchar por salir adelante y por ayudar a que todo prosiga con total normalidad en base a lo que creamos pertinentes. Hace algún tiempo mi padre me decía que el mejor actor, el que mejor interpreta su papel no es otro que el político, aquella persona que con su labia promete y promete y no cumple nada de lo que prometió, y si puede, vulnerará vilmente sus promesas haciendo totalmente lo contrario.
Cuando escuché a Rajoy en el proceso de investidura como sexto presidente de la historia de nuestra querida, joven y a su misma vez anticuada democracia me dio la risa, algunos creían que decía la verdad, que no iba a retocar los impuestos, que sería el gobernante que sacará a nuestra sociedad de la crisis pensando que es el gobierno el que debe de ajustar sus gastos y no el trabajador. Algunos leerán esto y no entenderán mi contradicción, el porque de ella es sin duda alguna que son ambas cosas. Nuestra democracia es joven, una de las más jóvenes del mundo, pero a su misma vez es arcaica, con muchos vacíos éticos que en pleno siglo XXI no logramos entender. Y a su misma vez nuestra querida a nuestra querida sociedad le surge un problema aún mayor, cuatro años de gobierno, sea quien fuere, nos parecen una eternidad. Obviamente nos parece tal cosa porque nuestros políticos no paran de contradecirse y lanzar piedras a sus mismas mentiras, y después, lógicamente, niegan que eso fuera así y ya nos quedamos tranquilos.
En definición nuestra sociedad se ha acomodado, nos hemos atrincherado en nuestras televisiones, en nuestros ordenadores, en nuestro mundo, en el mundo que muchos querían enseñarnos como el ideal, ese mundo ahora se ha caído encima nuestro, ese mundo lo tenemos que levantar los de abajo, los de siempre, tu y yo, estudiante o trabajador, con nuestro sudor y nuestras lágrimas, siempre ha sido así, siempre hemos sido los perjudicados y los luchadores. Como joven me siento orgulloso de mis mayores, me siento honrado con su lucha, pero tenemos que seguir nosotros con la nuestra, con la que ellos ya no pueden librar, y que nosotros hemos hecho oídos sordos durante 30 años.
Por eso en este 2012 que comienza, pido humildemente a todos aquellos que quieran alzar su voz, que con todo el mimo posible lo hagan, y que no abandonen su espíritu critico, lo que nos queda por definición de ser humano, un ser humano no se rige porque pueda hablar sino porque puede pensar, razonar, entender y divulgar su conocimiento y así construimos lo que llamamos sociedad y cultura, cosa que otros seres no, no aprovechamos todo lo que podemos dar al mundo, y a su misma vez, creamos un mundo lleno de ilusiones mientras el nuestro se pudre y perece. Por ello mismo, yo lucharé, por mi mundo y por el nuestro.