sábado, 9 de octubre de 2010

Niños que nunca fueron niños


Ayer la noticia llegó a todos nuestros televisores, a nuestros periódicos, a nuestros ordenadores, sin duda con gesto de repulsión algunos mirábamos esas cruentas imágenes. ''David Be'eri, líder de una organización ultraderecha israelí, arrolló con su vehículo a varios menores palestinos que lanzaban piedras a su coche''. En un mundo civilizado, lo más normal, es salir corriendo de la escena y después denunciar el acto, si nos transportamos a un país en el que la Paz está cada día más lejos, la cosa cambia.


El hombre alegará que los niños estaban atentando contra su integridad, y los niños alegarán totalmente lo contrario, es esta la realidad del día a día de nuestro mundo, contradicciones, falsas esperanzas y sobretodo mucha demagogia. El acto me parece cruel, algo que debe de ser penado, tanto por una banda como por la otra, o por lo menos que los organismos internacionales respondan ante este hecho. Dicho todo esto, bajo mi punto de vista las expectativas de paz, si alguna vez la hubiera habido, están más que disueltas, la administración Obama quería conseguir algo que es imposible, durante años de pasividad mundial en este conflicto.


Niños palestinos que son entrenados, adoctrinados de pequeños a odiar al judío, judíos que no aprenden de su cruel pasado, niños que bajo la pasividad de sus padres e incluso su soporte se van a las barricadas a tirar piedras y librar una guerra que desde pequeños les obligan a librar, ¿Dónde están los derechos humanos?, ¿Donde se esconde la libertad de elección y de vivir la vida con plenas garantías?. Niños que no tienen infancia, y mayores que impregnan de odio a las futuras generaciones, así, visto lo visto nunca habrá dialogo posible entre Palestina e Israel.


Es muy grave este hecho, más de lo que se pueda llegar a pensar, tanto por una parte como por otra, esos niños no deberían estar tirando piedras y ese hombre no tendría que haberlos atropellado, me niego a catalogarlos como palestinos o judíos, yo valoro los hechos valorando que son personas, me da igual de donde fueren, es tan patético el que tira una piedra como el que atropella, tanto en España como allá donde sea.