... hay niños que se levantan por la mañana y solo huelen a polvo mojado por las lagrimas de la desesperación, de su desesperación. De la desesperación de no poder salir, sueñan con una vida mejor, con juguetes, con abrigos para taparse, con ir a una feria, con disfrutar de lo que aquí hoy en día es rutina, para ellos son eso, sueños. Dulces fantasías, fomentadas por el deseo de una vida mejor, corrompidos por las falsas esperanzas, las falsas ilusiones, la poca humildad de sus jefes, el hambre y la explotación.
Nunca han jugado con la humildad que juegan los niños occidentales, el único juego en el que han jugado toda su corta vida es el juego de la injusticia, sus ojos reflejan la falta de cariño, la falta de inocencia, a los 6 años ya saben lo que deberían de saber a los 16 o 17 años, se sientan en la colina y ven el día pasar, día tras día, y todo sigue igual. Todo excepto una cosa, la cual desconcertante, que los días pasan y cada vez tienen menos esperanza, duermen en sus camas hechas de paja, en algunos casos en el suelo, y sueñan con un mundo mejor, con un mundo donde ellos jugarían, como hacen los niños españoles, jugarían, reirían, disfrutarían, el único momento en el cual ríen es cuando están dormidos, será porque es en el único momento en el que son felices.
Se tumban a ver las estrellas y no ven nada, las lágrimas de sus ojos no les deja ver mas allá, ellos imaginan, algunas veces demasiado, fantasean con un mundo mejor, ajenos a que el mundo real, es víl , cruel y despreciable, aún conservan la esperanza, de dejar de soñar y empezar a vivir.
Ellos no pueden estudiar, y es lo que mas quieren, la mayoría de ellos desean estudiar, para conseguir una vida mejor, una vida en la cual hacer feliz a su familia y a ellos mismos, que mal repartido esta el mundo, si te pones a pensarlo por un instante, llegas a la conclusión que ellos no tienen lo que nosotros desperdiciamos.
Y es que es cierto el pensamiento de que las estrellas son inalcanzables, pero en algunos casos es mas inalcanzable la felicidad...
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