jueves, 23 de junio de 2011

El que siempre sobra


Una de aquellas tardes, con gris día y no muy buena situación, un mendigo se propuso alcanzar un reto. Aquel reto constituía para él su vida, su alegría, sus ganas de vivir e incluso se atrevía a coquetear con el futuro. El se levantaba de su cartón diariamente, sostenido por aquella ilusión que en pos de darle vida algunas veces se la quitaba, porque lo veía todo muy lejos, veía su libertad muy en la profundidad de su ser. Maldecía 20 veces a aquellos que no le ayudaban, a aquellos que cuando pedía limosna se jactaban de él con maletín en mano y vestidos de etiqueta, aquellos que en algún trozo de su podrido corazón nunca podrá albergar todo aquello que el sucio corazón del pedigüeño sí puede.


Se avergonzaba al ver su cara reflejada en los cristales de las joyerías más poderosas y rápidamente iba a retocarse en la fuente más cercana, se acicalaba, y cuando ya, por fin sus manos estaban limpias y su cara más decente se disponía a hacer aquello que desde su corta y triste vida había hecho.. ''Pedir''. Pedir para comer, pedir es la triste vida del indigente, de aquél que circula las calles sin rumbo, rodeados de indiferencia y hostilidad, y ahora pensará el indigente, más añadida a su desdicha, me quieren prohibir mi único hogar.. ''La calle''. Aquellos que duermen en sus camas, tranquilos porque tienen un techo, se atreven a quitarme lo único que me queda,¿ y donde dormiré?, y donde podré seguir construyendo mis ilusiones..


Preguntas llenas de verdad pero vacías de interesantes, para los políticos, nada es interesante a no ser que constituya una razón para que el electorado lo vote, nos usan como esclavos de lo que para ellos representa el poder y lo que es más cruel y más deleznable, es que usen su poder para echar a gente que no hace nada de malo a nadie ( hay casos en los que sí ).

Más allá de generalizar el mundo de la política, también es bueno decir que hay políticos los cuales miran por el bien de todos y no constituyen una mancha para nuestro progreso.. dicho esto.. me gustaría pedir, más bien suplicar, que sí tanto estorban los mendigos en las calles ponedles un techo para que se puedan cobijar y no intentar vender dichas casas para el enriquecimiento de los empresarios y de ustedes mismos..

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